Jueves 6 de febrero de 2025
TEXTOS
Carta a los Hebreos 12,18-19.21-24
Hermanos: Vosotros no os habéis acercado a un monte tangible, a un fuego encendido, a densos nubarrones, a la tormenta, al sonido de la trompeta; ni habéis oído aquella voz que el pueblo, al oírla, pidió que no les siguiera hablando. Y tan terrible era el espectáculo, que Moisés exclamó: "Estoy temblando de miedo".
Vosotros os habéis acercado al monte Sión, ciudad del Dios vivo, Jerusalén del cielo, a millares de ángeles en fiesta, a la asamblea de los primogénitos inscritos en el cielo, a Dios, juez de todos, a las almas de los justos que han llegado a su destino y al Mediador de la nueva alianza, Jesús, y a la aspersión purificadora de una sangre que habla mejor que la de Abel.
Salmo 47
"Dios, meditamos tu misericordia en medio de tu templo."
Grande es el Señor y muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios, su monte santo, altura hermosa, alegría de toda la tierra. R.
El monte Sión, vértice del cielo, ciudad del gran rey; entre sus palacios, Dios descuella como un alcázar. R.
Lo que habíamos oído lo hemos visto en la ciudad del Señor de los ejércitos, en la ciudad de nuestro Dios: que Dios la ha fundado para siempre. R.
Oh Dios, meditamos tu misericordia en medio de tu templo: como tu renombre, oh Dios, tu alabanza llega al confín de la tierra; tu diestra está llena de justicia. R.
Evangelio según San Marcos 6,7-13
En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto. Y añadió: "Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa." Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.
COMENTARIO
A pesar de la cerrazón de cabeza y corazón de la gente, Jesús insiste en anunciar la buena noticia para todos los pueblos. No importa las resistencias es más fuerte la persistencia de Jesús.
Así es el actuar de Dios. A pesar de nuestras resistencias Él nos sigue insistiendo por todos los medios para que aceptemos y asumamos la propuesta salvífica liberadora.
Por eso Jesús llama a unos colaboradores (y colaboradoras) próximos, que escuchando su mensaje y observando su manera de acoger a los empobrecidos y excluidos confrontando a los poderosos, hagan también lo mismo. Los envía a combatir el mal y anunciar la buena noticia de vida y esperanza para las gentes de toda condición.
Hoy también sigue llamando y convocando a mujeres y hombres a su seguimiento para que continúen la obra de proponer el proyecto del Reino como una alternativa para toda la humanidad.
¿Estás dispuesto a seguirle? ¿Qué exigencia tiene para nuestro contexto histórico, cultural, social y religioso el seguimiento de Jesús?
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